El justo sabe guiar a su prójimo; el impío le
hace perder el camino. (Proverbios 12:26)
Quien se junta con sabios, sabio se
vuelve; quien se junta con necios, acaba mal. (Proverbios 13:20)
El que es perverso provoca contiendas; el chismoso aparta
a los mejores amigos. (Proverbios 16:28)
El que perdona el pecado, busca afecto; el que lo
divulga, aleja al amigo. (Proverbios 17:9)
El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es
como un hermano. (Proverbios 17:17)
Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más
que hermanos. (Proverbios 18:24)
No tengas nada que ver con gente violenta, ni te hagas
amigo de gente agresiva, para que no imites su conducta y tú
mismo te tiendas una trampa. (Proverbios 22:24-25)
El bálsamo y el perfume alegran el corazón; los consejo
del amigo alegran el alma. (Proverbios 27:9)
El hierro se pule con el hierro, y el hombre se pule en
el trato con su prójimo. (Proverbios 27:17)
Dos son mejor que uno, porque sacan más provecho de sus
afanes. Si uno de ellos se tropieza, el otro lo levanta. (Eclesiastes
4:9-10)
ȃste es mi mandamiento: Que se amen unos a otros,
como yo los he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que es el poner su
vida por sus amigos.Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no
los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; yo los he
llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a
conocer a ustedes. (Juan 15:12-15)
Traten a los demás como ustedes quieran ser
tratados. (Lucas 6:31)
No se dejen engañar: las malas compañías corrompen
las buenas costumbres. (1 Corintios 15:33)
Amémonos unos a otros con amor fraternal; respetemos y
mostremos deferencia hacia los demás. (Romanos 12:10)
Cuando no hay buen guía, la gente tropieza;
la seguridad depende de los muchos consejeros.
(Proverbios 11:14)
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de
Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. (1 Juan 4:7)
¡Qué bueno es, y qué agradable,
que los hermanos convivan en armonía! (Salmo 133.3)
Sobrelleven los unos las cargas de los otros,
y cumplan así la ley de Cristo. (Gálatas 6:2)