UN DIA HERMOSO

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Mi pasado se compone de recuerdos alegres y tristes... Algunos están fotografiados y ahora son cartulinas donde me veo pequeño, donde mis padres siguen siendo recién casados y donde mi ciudad parece otra.

El día de ayer pudo haber sido un hermoso día...
pero no puedo avanzar mirando constantemente hacia atrás,
pues correría el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado.

Tal vez el día de mañana amanezca aún más hermoso...
pero no puedo avanzar mirando sólo el horizonte,
pues correría el riesgo de no ver el paisaje que se abre a mi alrededor.
Por eso, yo prefiero el día de hoy.

Me gusta pisarlo con fuerza, gozar su sol o estremecerme con su frío.

Quiero sentir como cada instante me dice “¡Presente!”
Sé que el presente es muy breve, que pronto pasará, pero más tarde me será imposible modificarlo, ni pasarlo en limpio. El presente se vive en este breve instante. Tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana, pues es un tiempo que todavía no existe.

Por eso, hoy te digo que te quiero...
es hoy cuando te escucho,
hoy pido disculpas por mis errores,
hoy te ayudo si me necesitas,
hoy comparto lo que tengo,
y hoy salgo adelante sin guardarme palabras para mañana.

Porque hoy respiro, transpiro, veo, pienso, oigo,
sufro, huelo, lloro, trabajo, toco, río y amo. ¡Como tú!
Por eso "me gusta" y comparto contigo.


SANAR UNA HERIDA DE AMOR

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Cuando te parece tocar fondo, es porque llevas un tiempo recordando lo que deberías olvidar.

No es bueno ni sano vivir cada día sufriendo por quienes perdimos, eso es algo por lo que tendremos que pasar muchas veces a lo largo de la vida.

En estos tiempos nos inundan con libros y revistas que nos ayudan a vivir mejor, parecen insinuar que todo lo malo pasará, que el olvido llegará... 

Nos convencemos por los consejos que nos enseñan a seguir adelante, pero siempre acabamos recordando todo aquello que nos hizo daño.



MADRE

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Esa persona que con toda delicadeza nos cuida en nuestra etapa de indecisión, nos enseña con amor a valernos en la vida y nos levanta con dulzura ante cada caída.

Esa mujer, que no duerme cuando estamos mal, que vive en carne propia cada uno de nuestros sufrimientos y que se alegra con cada alegría y logro nuestro… como si fuera suyo.

Es la mujer que está ahí, sin miramientos, sin egoísmos. 

Es el amor de Dios hecho mujer, el más sincero, el más puro. Que daría la vida por nosotros, si fuera necesario. Siempre deseosa de hacernos bien, y aunque como ser humano pueda equivocarse, nunca lo hace por maldad.

Es el ser sublime con el que aprendemos el verdadero significado de la palabra AMOR, CONTENCIÓN, ENTREGA, SINCERIDAD.

No elegimos dónde nacer, nuestra madre tampoco nos elige, pero sea como sea que venimos al mundo, para ella somos lo más sagrado, lo más sublime y lo más hermoso.